Psicología al aire: Cómo reducir el estrés universitario

El estrés es una reacción del organismo ante situaciones que percibe como amenazantes o desafiantes, y puede afectar tanto a la salud física como a la mental. Los estudiantes universitarios suelen enfrentarse a diversas fuentes de estrés, como la carga académica, la presión familiar, la adaptación al nuevo entorno, la competencia, el futuro laboral, entre otras. El estrés puede manifestarse de diferentes formas, como ansiedad, depresión, irritabilidad, insomnio, falta de concentración, problemas de alimentación, etc. Por eso, es importante que los universitarios aprendan a manejar el estrés de forma adecuada y saludable.

El segundo semestre suele ser más estresante que el primero, por la acumulación de materias, exámenes y trabajos, y por la cercanía del final de curso. Además, el segundo semestre coincide con el invierno, lo que puede afectar al estado de ánimo y a la motivación de los estudiantes. Por eso, en este artículo te ofrecemos algunas recomendaciones para reducir el estrés universitario y mejorar tu bienestar en el segundo semestre.

  • Planifica y organiza tu tiempo: Una de las claves para evitar el estrés es tener una buena planificación y organización del tiempo. Esto te permitirá distribuir las tareas de forma equilibrada, respetar los plazos de entrega, evitar el agobio y el apuro de última hora, y tener tiempo para descansar y divertirte. Para ello, puedes usar una agenda, un calendario o una aplicación que te ayude a gestionar tu tiempo. También puedes establecer una rutina diaria que incluya horas fijas para estudiar, hacer ejercicio, comer y dormir.
  • Establece metas realistas: Otra forma de reducir el estrés es establecer metas realistas y alcanzables. No te exijas más de lo que puedes dar ni te compares con los demás. Reconoce tus fortalezas y debilidades, y adapta tus expectativas a tu nivel y capacidad. Sé flexible y acepta los posibles errores o fracasos como oportunidades de aprendizaje y mejora. Recuerda que lo importante no es ser perfecto sino hacer lo mejor que puedas.
  • Busca apoyo emocional: El apoyo emocional es fundamental para afrontar el estrés. No te aísles ni te guardes tus sentimientos o preocupaciones. Comparte tus experiencias con tus familiares, amigos o profesionales que te puedan ayudar. Ellos te podrán escuchar, comprender, aconsejar y animar cuando lo necesites. También puedes participar en grupos de estudio o de ocio con otros estudiantes que estén en tu misma situación. Así podrás intercambiar ideas, resolver dudas, colaborar en proyectos y divertirte.
  • Practica actividades placenteras: El ocio y el entretenimiento son esenciales para aliviar el estrés y mejorar el ánimo. Dedica tiempo a hacer las cosas que te gustan y te hacen feliz, como leer un libro, ver una película, escuchar música, jugar a un videojuego, etc. También puedes aprovechar para salir al aire libre y disfrutar de la naturaleza. El contacto con el medio ambiente tiene efectos positivos sobre la salud mental, ya que reduce el estrés, la ansiedad y la depresión, y aumenta la autoestima y el bienestar.
  • Cuida tu alimentación: La alimentación es otro factor clave para combatir el estrés. Una dieta equilibrada y variada te proporcionará los nutrientes necesarios para mantener tu energía y tu salud. Evita el consumo excesivo de alimentos procesados, azucarados o grasos, que pueden afectar a tu rendimiento académico y a tu estado de ánimo. También evita el consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias que pueden alterar tu sistema nervioso y generar dependencia.
  • Duerme bien: El sueño es imprescindible para recuperar tu cuerpo y tu mente después de un día intenso. Dormir bien te ayudará a mejorar tu memoria, tu concentración, tu creatividad y tu inteligencia. También te ayudará a regular tu estado de ánimo y a prevenir el trastorno afectivo estacional. Para ello, procura dormir entre 7 y 8 horas diarias, respeta un horario fijo de sueño, evita las distracciones como el móvil o la televisión antes de dormir, y crea un ambiente cómodo y tranquilo en tu habitación.
  • Realiza técnicas de relajación: Las técnicas de relajación son muy útiles para liberar la tensión y el estrés. Puedes practicar la respiración profunda, la meditación, el yoga, el mindfulness, etc. Estas técnicas te ayudarán a calmar tu mente, a controlar tus emociones, a mejorar tu autoconocimiento y a aumentar tu autocontrol. Puedes hacerlas en cualquier momento y lugar, solo necesitas unos minutos al día.

Como ves, hay muchas formas de reducir el estrés universitario y mejorar tu bienestar en el segundo semestre. Solo tienes que poner en práctica estos consejos y verás cómo te sientes mejor por dentro y por fuera. Recuerda que lo más importante es cuidar tu salud y tu felicidad. ¡Te deseamos mucho éxito! 😊

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