Según las pruebas pisa, el rendimiento escolar de los adolescentes ha registrado internacionalmente una caída “sin precedentes”.

La educación es uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad, y por eso es preocupante el deterioro del rendimiento académico de los adolescentes a nivel internacional, según el último informe de PISA de la OCDE. Los resultados del estudio, que evaluó a casi 700,000 estudiantes de 15 años en 81 países, muestran que la calidad de la enseñanza y el aprendizaje ha sufrido un retroceso alarmante en los últimos años, especialmente en las áreas de lectura y matemáticas. Estas competencias son esenciales para el desarrollo cognitivo, la comprensión del mundo y la resolución de problemas.

El informe de PISA no solo ofrece datos desalentadores, sino también algunas pistas para entender las causas y las posibles soluciones del problema. Por un lado, destaca que el uso moderado de dispositivos digitales en la escuela está asociado a un mejor rendimiento, siempre y cuando la tecnología se utilice para respaldar el aprendizaje en lugar de distraer a los estudiantes.

Por otro lado, resalta los avances educativos en países como Camboya, Colombia, Costa Rica, Indonesia, Marruecos, Paraguay y Rumanía, que han logrado expandir rápidamente el acceso a la educación y mejorar sus niveles de equidad e inclusión.

Asimismo, el informe revela que hay países que han mantenido o incrementado su excelencia académica, como Singapur y regiones chinas como Macao, Taiwán y Hong Kong, que lideraron en matemáticas, junto con Japón y Corea del Sur. En ciencias, Singapur, las regiones chinas, Estonia y Canadá obtuvieron los mejores resultados. Estos países se caracterizan por tener sistemas educativos eficientes, exigentes y adaptados a las necesidades del siglo XXI.

El informe de PISA es una llamada de atención para todos los actores involucrados en la educación: gobiernos, docentes, padres, estudiantes y sociedad civil. Es necesario tomar medidas urgentes para mejorar la calidad y la equidad de la enseñanza y el aprendizaje, aprovechando las oportunidades que brinda la tecnología y aprendiendo de las buenas prácticas de otros países. Solo así se podrá garantizar el derecho a la educación y el desarrollo humano de las generaciones futuras.

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