DOÑA CACEROLINA LAGAÑÍN Y LA PRIMERA LÍNEA
Pues doña Cacerolina Lagañín, la dama del poemario de Neruda, al escuchar que los vándalos por fin, van a ser liberados, quedó muda. Sacó sus mocos y frunciendo cejas, los pegó en los hombros de su hermana, elevó a san Alvarito sus quejas, y escribió en la revista semana. De rabia arrancó su púbico pelo,…